"Los canales para el intercambio de información con Turquía no funcionaban últimamente y ahora deben ser relanzados", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov explicó que los sospechosos de terrorismo eran admitidos en los países europeos y Turquía pese a las alertas que emitió Rusia.
"Es crucial reaccionar a los mensajes que se intercambian", recalcó.
El 28 de junio tres suicidas hicieron estallar sus bombas en la entrada, salida y el aparcamiento de la terminal internacional del aeropuerto Ataturk de Estambul.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, afirmó que las evidencias apuntan a que el ataque fue organizado por el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).
Según los medios otomanos, los kamikazes eran nacionales de Kirguistán, Uzbekistán y la república rusa de Daguestán.
Además indicaron que Chatáev fue detenido en repetidas ocasiones en Europa, Austria y Ucrania, precisamente de este último país se trasladó a Georgia, donde obtuvo la nacionalidad.
Una vez en Turquía, de acuerdo a la policía chechena, Chatáev se dedicó a captar jóvenes para Daesh, de lo que se informó a las autoridades turcas a través de la Interpol.