La norma se aprobó con 68 votos a favor y 30 en contra, y entrega a Puerto Rico un mecanismo para reestructurar su deuda pública, de 70.000 millones de dólares un día antes del 1 de julio, cuando el Gobierno puertorriqueño debe hacer frente a un vencimiento de 2.000 millones de dólares.
A cambio, la ley crea una junta federal de control fiscal con potestad superior a la del Gobierno de Puerto Rico para definir el presupuesto, un posible ajuste fiscal y nuevos impuestos.
La iniciativa impulsada por el opositor Partido Republicano y el presidente Barack Obama, despertó disenso en algunos legisladores demócratas.
El independiente Bernie Sanders sostuvo en el debate del miércoles por la tarde que "es una terrible legislación que establece muy malos precedentes. EEUU no debe tratar a Puerto Rico como colonia. La legislación le quita derechos democráticos y Gobierno propio a Puerto Rico", según cita del diario El Nuevo Día.
Para la economista y profesora de la Universidad de Puerto Rico, Martha Quiñones, la norma vendrá acompañada de "políticas que vienen a recortar el gasto público, neoliberales, que se aplican en todos los lugares donde ellos las desean establecer, y empieza con recortes a los gastos sociales, ya empezaron con educación y siguen con salud".

La ley y su aplicación no contribuirán a reducir la deuda, sino a agravarla, dijo Quiñones a Sputnik Nóvosti.
La medida "va a colaborar con el endeudamiento porque el plan lo que hace básicamente es recaudar los impuestos para pagar las deudas, de manera que se puedan tomar nuevamente más deudas. Es parte de ese proceso que EEUU estableció en Puerto Rico, que es una colonia de explotación para generarle riquezas a los EEUU", explicó la académica.
El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, y otras autoridades de la isla caribeña hicieron cabildeo en Washington para obtener la aprobación de la ley, si bien muchos políticos coinciden en que tiene aspectos negativos, escribió el miércoles el diario local Primera Hora.