"El mayor riesgo para la industria energética sin duda es una desaceleración de la economía global, que deprimiría los precios durante un periodo más prolongado y retrasarían las inversiones en exploración y producción", afirmó el analista de la asesoría británica.
La ausencia de un plan post-Brexit y el vacío de poder en Reino Unido (el primer ministro, David Cameron, anunció que dimitirá sin involucrarse en las negociaciones con la UE) está incrementando y propagando la inestabilidad internacional.
De acuerdo con Robertson, "la percepción de riesgo generado por la incertidumbre sobre la que significa Brexit implica retrasos más prolongados en la toma de decisiones y la aprobación de proyectos en la industria".
El analista cree que una "pronta salida" de la UE aportaría "claridad y permitiría a la industria seguir avanzando".
"Aún así, el cálculo de probabilidades es que la 'no-salida' es la mejor conclusión para la industria de forma que merece la pena aferrarse a cualquier oportunidad de que esto suceda", sostuvo el director de investigación en Douglas-Westwood.