El mandatario mexicano dijo que en tres años de su mandato, de 2012 a 2015 aumentó de 56 a 68 el porcentaje de personas que contaba con algún producto de crédito, ahorro o seguro, "aunque se requieren mayores esfuerzos para incluir a la población" marginada del sistema financiero.
En segundo lugar, la estrategia plantea el "uso de innovaciones tecnológicas para la inclusión financiera", y el desarrollo de infraestructura financiera en zonas desatendidas, en tercer lugar.
Finalmente, el mandatario propuso la "generación de datos y mediciones para evaluar los esfuerzos de inclusión financiera".
Un país desigual
En México, 42,6 de los 80 millones de adultos (de los 122 millones de habitantes en total), es decir, más de la mitad carece de una cuenta formal de nómina, ahorro, pensión o donde reciben apoyos de gobierno en algún banco o institución financiera, según datos de la cartera de Finanzas.
El 59% carece de ahorro para el retiro, a pesar de un aumento de 28 a 41% entre 2012 y 2015, y la exclusión de más de la mitad de la población del sistema financiero se refleja en que 57% no tiene acceso al uso de cajeros automáticos.
En zonas rurales, es más dramática la exclusión del sistema bancario, porque un 76% carece de ese servicio en un país con millonarios a la cabeza del ranking mundial.
También hay retrocesos: 11 millones de adultos han dejado de usar su cuenta bancaria y 31,6 millones nunca han sido usuarios, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.