"Desgraciadamente, ahora estamos viviendo una temporada bastante problemática. El número de visitantes bajó más del 50%", confesó al periódico el jefe de la Asociación Profesional de Gerentes de Hostelería, Ali Kizildag.
Por culpa de la crisis en las relaciones diplomáticas entre Turquía y Rusia, así como por el agravamiento de la situación de seguridad en el país otomano provocado por una serie de atentados suicidas, el número de turistas de muchos países europeos, dispuestos a visitar las playas turcas, se redujo más del 50%.
Ucrania es, sin embargo, una excepción, dado que mostró estadísticas totalmente contrarias. La cantidad de ucranianos —42.000— que visitó Antalya del 1 al 16 de junio de este año aumentó un 100% en comparación con las mismas fechas del 2015. Las autoridades quieren ver, no obstante, esas cifras incrementadas.
"Por los problemas económicos que sigue sufriendo Ucrania, logramos atraer menos turistas ucranianos de lo que esperábamos", reconoció Ali Kizildag.
Tras el deterioro de las relaciones con Rusia, los representantes de la industria turística de Turquía trataron de centrarse en "mercados alternativos", pero las crecientes preocupaciones sobre la seguridad en el país otomano afectan significativamente sus planes estratégicos.
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"Habíamos planeado atraer a más turistas europeos, pero los problemas de seguridad arruinaron todas nuestras intenciones. Junio ha sido el mes en que nosotros, como miembros de la industria del turismo, hemos visto con nuestros propios ojos las peores consecuencias de estos problemas —teniendo en cuenta también el impacto de algunos factores adicionales, como la Eurocopa 2016, el final tardío del año escolar y el sagrado mes del Ramadán—", admitió İsmail Tirali, director general de Susesi Luxury Resort, en una entrevista con Hürriyet Daily News.