Según el diplomático, Rusia "no tiene miedo sino constata el hecho de que la OTAN sigue aumentando de manera incontrolada su presencia y actividad militar cerca de nuestras fronteras".
En particular se refirió a los ejercicios Anaconda "claramente destinados para aproximar la infraestructura militar hacia nuestras fronteras" y el despliegue de elementos de escudo antimisiles en Rumania y Polonia.
Rusia ve como una amenaza para su seguridad lo que considera un paulatino avance hacia el este de la Alianza.
A mediados de mayo pasado entró en servicio el sistema antimisiles estadounidense Aegis Ashore en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
A principios del junio unos 31.000 soldados de la OTAN en Polonia ensayaron en el marco de las maniobras Ananonda una respuesta a un posible ataque ruso.
La semana pasada el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, criticó las maniobras de la OTAN y llamó a renunciar a "inflamar la situación con fuerte ruido de sables y agudos gritos de guerra".