Correa ha mantenido un apoyo monolítico al ciberactivista Assange, al que considera un perseguido y al que concedió asilo diplomático en septiembre de 2012.
Para el legislador opositor Diego Salgado, del derechista partido Creando Oportunidades (CREO), la decisión de seguir asilando al australiano se debate entre consideraciones humanitarias, "cómo estará el señor Assange (de salud) después de cuatro años de encierro" y la imagen internacional de "un país de Sudamérica que da asilo político, entre comillas, a un señor acusado por delitos sexuales".
El fundador de WikiLeaks teme que Suecia lo entregue a EEUU, cuya justicia busca imputarlo por espionaje y traición, a raíz de la filtración de documentos secretos, delitos que pueden ser castigados con la pena de muerte.
"Como todo proceso controvertido, hay división de opiniones" en Ecuador, dijo a Sputnik Nóvosti el director del Centro Internacional de Estudios de Comunicación para América Latina (Ciespal), Francisco Sierra, que organiza la semana próxima el evento académico "Julian Assange – 4 años de libertad negada".
"Hay una mayoría que valora positivamente que la cancillería y el Estado respeten el derecho de asilo y hay un sector minoritario, pero también importante, que no ve necesario y que incluso valora negativamente ese derecho", añadió el titular del Ciespal con sede en Quito y que cuenta con una Cátedra Julian Assange.
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Para el opositor Salgado, miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales del parlamento unicameral ecuatoriano, "es una tozudez del Gobierno mantener a este señor".
Preocupaciones ajenas
No es un asunto "especialmente importante o significativo desde el punto de vista de la oposición", dijo Sierra.
Salgado también reconoce que el tema no ha sido debatido por su partido ni está planteado que se lo incluya en la campaña electoral para los comicios de febrero del año próximo.
El costo de la reclusión
Pero cuando Assange se refugió en la embajada el 19 de junio de 2012, luego de que fracasaran todas sus apelaciones contra la extradición a Suecia, el asambleísta Salgado pidió al Gobierno de Correa informes, nunca respondidos, sobre los costos y los riesgos que implicaba mantener a este hombre en la pequeña legación diplomática ecuatoriana.
"Yo he sido un crítico sobre el tema; por supuesto que nunca me imaginé que iba a durar tanto tiempo ni que le iba a costar tanto dinero al Gobierno ecuatoriano", dijo Salgado a Sputnik Nóvosti.
Según sus cálculos, Ecuador ha gastado unos 120.000 dólares por asilar a Assange.
"Tal vez no suena un monto muy importante al lado de lo que puede costar cualquier obra del país, pero desde mi punto de vista y del movimiento CREO, no es una inversión sino un gasto", criticó.
Mientras, según el sitio web govwaste, el Gobierno británico ha destinado el equivalente a más de 21 millones de dólares para costear la investigación del caso y el cerco policial en torno a la embajada ecuatoriana.
Para Sierra, del Ciespal, la protección a Assange está asegurada porque la gobernante Alianza País volverá a triunfar en las elecciones de febrero de 2017.
Mientras, el australiano continúa con su batalla legal. En febrero un grupo especializado de trabajo de la ONU determinó que está detenido arbitrariamente en el Reino Unido y debe ser puesto en libertad.