El avión que transportó a los 20 aficionados de fútbol aterrizó en Moscú procedente de Niza.
El pasado martes, las fuerzas de seguridad francesas pararon un autobús con un grupo de hinchas rusos que se dirigían a la ciudad de Lille para asistir al partido entre Rusia y Eslovaquia.
La Fiscalía de Marsella anunció más tarde la detención de todos los 43 ocupantes del vehículo, incluidos tres conductores, por 48 horas.
Las autoridades francesas decidieron extraditar a 20 de estos ciudadanos rusos y liberar a otros 20; los tres restantes nacionales del país recibieron sentencias, de un año a dos, por participar en los disturbios del 11 de junio en Marsella.
La semana pasada, después del partido entre Inglaterra y Rusia en la Eurocopa 2016 en Marsella, una treintena de hinchas rusos invadió la sección donde se encontraban los aficionados ingleses, arrancó banderas y lanzó bengalas.
La UEFA impuso a la Unión de Fútbol de Rusia una multa de 150.000 euros y una suspensión condicional a la selección rusa de la Eurocopa a raíz de los disturbios provocados por aficionados procedentes del país.