"Lo que propusieron (las centrales sindicales) no alcanza para cerrar el agujero", cuyo tamaño "depende del peso que se le dé a cada una de las hipótesis de recaudación propuestas. Ahí sí podremos decir lo que vamos a adoptar, que es lo adoptado clásicamente en todo el mundo", dijo el ministro.
El funcionario concedió que se aceptarán algunas propuestas sindicales, "pero no hay magia en este tema. El sistema tiene que ser autosustentable", advirtió.
Medidas que podrían adoptarse son el establecimiento de una edad mínima para jubilarse, que no existe en Brasil y el aumento de las contribuciones.
El proyecto, que todavía se está redactando, debería llegar al Congreso antes de que termine el juicio político que se sigue en el Senado contra la presidenta Dilma Rousseff, suspendida de su cargo el 12 de mayo, dijo Padilha.
Los sindicatos, por su parte, quieren que el Gobierno "corrija los errores del pasado", mediante la venta de bienes inmuebles inutilizados y la promoción de programas para refinanciar deudas que permitan reducir el pasivo. También proponen elevar la fiscalización de la seguridad social y revisar exoneraciones otorgadas a las entidades filantrópicas y reglamentar los juegos de azar.
Las autoridades estiman que el déficit de la previsión social alcanzará este año 39.700 millones de dólares. En caso de que se adoptaran todas las medidas sugeridas por las centrales obreras, se reduciría a 14.600 millones de dólares.