Los moscovitas no sonríen mucho y hablan mal el inglés, pero en realidad son muy amistosos y están dispuestos a ayudar: esta es la percepción de la mayoría de los visitantes de la ciudad.
Lo más sorprendente para algunos turistas de la capital rusa es que varios moscovitas se ofrecieron a acompañarles hasta sus destinos para asegurarse de que no se perdían.
Los hombres son caballerosos
Los extranjeros también se sorprenden de lo amables y caballerosos que son los hombres rusos. Ayudan a las mujeres a llevar bolsas o maletas pesadas y les ceden sus asientos en el transporte público.
"Viajaba sola y suelo recordar y explicar que los hombres rusos me ayudaban a subir y bajar mi maleta en las escaleras sin que yo les pidiera ayuda", relató una mujer de Sudáfrica en las redes sociales.
Los extranjeros suelen creer que en Moscú hay muchos estafadores y delincuentes, razón por la cual esconden cuidadosamente su dinero, evitan hablar con desconocidos y no pasean por la ciudad cuando es de noche.
Pero los viajeros más observadores pueden darse cuenta de que los moscovitas son los primeros en mostrarse tranquilos y nadie evita salir a dar un paseo por las noches, de hecho, las calles están llenas de gente que disfruta de su tiempo libre.
"En comparación con cualquier otra ciudad grande, nunca me sentí más seguro que en Moscú", expresó un turista de Tejas.
La limpieza de las calles, parques, el transporte público y el metro siempre sorprende a los turistas extranjeros.
Además, para muchos de los que han viajado a Moscú, el metro de la ciudad es uno de los más bellos que jamás han visto.
Pero además de las cosas positivas, Moscú tiene también algunos inconvenientes que hay que considerar antes de visitar la capital rusa.
La barrera lingüística
Los turistas suelen quejarse de que es muy difícil moverse por la ciudad sin dominar el ruso. A los empleados de las tiendas y cafés de la ciudad no les entusiasma demasiado hablar con turistas, y a veces a un viajero solo le queda señalar con el dedo lo que quiere comprar y esperar que pase lo mejor.
Aunque las calles de Moscú estén libres de ladrones, como en cualquier otra gran ciudad, los turistas corren el riesgo de ser engañados por los 'emprendedores' que les pueden cobrar un precio excesivo por un suvenir o un taxi.
Hay que llevar dinero en efectivo
El uso de las tarjetas bancarias es algo impredecible en Moscú.
En muchas ocasiones, los viajeros tienen que pagar en metálico y los cajeros a menudo no están disponibles en los barrios periféricos. Por eso siempre es mejor llevar dinero en efectivo.
Moscú es enorme
Al regresar de Moscú la gente se suele lamentar de que es imposible ver todo lo que ofrece la capital rusa aunque se hayan pasado allí algunos días. Un sentimiento común entre los viajeros es que "apenas han rozado la superficie" de la ciudad.
Para ver y apreciar toda la belleza de Moscú, uno debe pasear mucho y como para muchos turistas esto es algo imposible, a menudo se muestran insatisfechos.
La capital rusa tiene un número enorme de galerías, parques, museos, monumentos históricos y teatros. Para verlos todos y experimentar la verdadera riqueza de Moscú, es aconsejable planificar con antelación qué itinerarios van a hacerse durante la estancia en la ciudad.