Los gastos adicionales del reemplazo de los motores rusos, que oscilarían entre 1.500 millones y 5.000 millones de dólares, "dejarían en un segundo plano otras inversiones, importantes para la seguridad nacional", afirmó el viceministro de Defensa estadounidense, Robert Work, en una carta enviada a un congresista, que cita el periódico.
Además, Work presentó otros documentos que demuestran que en caso de interrumpirse los suministros de motores RD-180 los lanzamientos de una serie de satélites de importancia crucial para el Pentágono podrían posponerse hasta en dos años.
Los motores rusos RD-180 son usados en el cohete Atlas V, que se encarga de poner en órbita naves de las Fuerzas Armadas de EEUU y misiones científicas e de investigación de la NASA.
Anteriormente el Pentágono declaró que tenía previsto prescindir de los motores de cohetes rusos en cuanto esto se tornase posible y surgiesen competidores dignos del RD-180.
El senador John McCain propuso en 2014 ante el Congreso prescindir de los suministros de motores de cohetes rusos y acelerar el desarrollo de análogos norteamericanos, logrando que la entidad impusiera un veto a las compras, pero esta prohibición fue derogada en una ley presupuestaria que entró en vigor en diciembre del mismo año y estará vigente hasta octubre de 2016.