"El país se ha partido a la mitad" y "el actor principal para que esto ocurra es el antifujimorismo, que explica gran parte de esta situación", dijo el politólogo Fernando Tuesta, exdirector de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú.
Es que en la primera vuelta del 10 de abril, la hija del exmandatario y candidata derechista Keiko Fujimori había superado casi por el doble de votos (39,55 por ciento) al postulante centroderechista Pedro Pablo Kuczynski (22,11 por ciento).
Pero en la segunda ronda del domingo, Kuczynski, de Peruanos Por el Kambio (PPK), obtuvo 50,3 por ciento de los votos válidos frente a 49,7 de la candidata de Fuerza Popular, según el escrutinio oficial de 91 por ciento de los circuitos electorales. Una estrecha pero sustancial ventaja.
Para David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la denuncia que involucró al secretario general de Fuerza Popular con el narcotráfico tuvo el potencial para revertir el resultado de una elección que hace nada más una semana parecía ganada por Fujimori.
"Hubo una reactivación de sospechas de que el fujimorismo está conectado con grupos condenables, vinculados a posibles actividades ilegales y estilos de hacer política que recuerdan la época final del Gobierno de (Alberto) Fujimori", padre de la candidata y actualmente condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y por corrupción.
El secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, debió renunciar a su cargo a mediados de mayo tras conocerse que figuraba en una investigación de la agencia antidrogas estadounidense DEA sobre un narcotraficante peruano acusado de montar una red de lavado de dinero.
Además, añadió Sulmont, "hubo una manipulación de audios filtrados a la prensa tratando de exonerar a este señor investigado, que fue hecha por el propio candidato a la vicepresidencia de Keiko Fujimori", José Chimpler.
Para el analista, también jugaron un papel importante las manifestaciones ciudadanas contra la candidata de Fuerza Popular en varias ciudades, que "movilizaron y galvanizaron a la oposición del fujimorismo".
Gobierno de negociaciones
Si Kuczynski resulta electo presidente, deberá gobernar con una mayoría fujimorista en el Congreso, aunque es probable que encuentre con ella puntos de acuerdo en temas como la economía, observaron ambos analistas.
"En el aspecto económico no creo que vaya a haber gran diferencia", entre el oficialismo y la mayoría fujimorista en el Congreso, dijo Tuesta.
Para Sulmont "es probable" que se alcancen "acuerdos puntuales" en asuntos vinculados al manejo de la economía, pues "ahí hay más coincidencias entre ambos grupos".
El director del Instituto de Opinión Pública considera que la estrategia de Kuczynski en su gestión de Gobierno debe cimentarse en un gabinete ministerial con la cintura suficiente para la negociación con el fujimorismo en el parlamento.
"Su principal desafío es armar un gabinete ministerial, pero sobre todo (contar con) un ministro que pueda tener capacidades para negociar algunas agendas legislativas con una mayoría fujimorista; reclutar operadores políticos capaces de manejar la relación con el parlamento", analizó Sulmont.
Casi 17 millones de personas votaron en las elecciones presidenciales del domingo, lo que supone una participación del 82,4 por ciento.
Los resultados definitivos se conocerán este jueves o el viernes, según la ONPE. El presidente electo asumirá el cargo el 28 de julio, en reemplazo del actual mandatario, Ollanta Humala.