Los oponentes de Putin en el Reino Unido parten de dos suposiciones fundamentales que, de hecho, son falsas, argumenta Dejevsky. Primero, que "las intenciones de Rusia con Occidente son solamente malignas". Segundo, que "Rusia considera vulnerable a la UE".
Rusia es a menudo acusada de pretender destrozar la UE, destaca la autora. Sin embargo, su retórica frente a los países del Báltico, así como el acercamiento con Grecia no son otra cosa, que "maniobras diplomáticas".
En términos prácticos, el Kremlin "aprecia la solidaridad" de la comunidad europea por la conveniencia de poder comerciar con los países de Europa en conjunto. Como ejemplo, Dejevsky recuerda el apoyo financiero que Rusia ofreció al Banco Central Europeo frente a las amenazas al euro.
"Rusia probablemente prefiere tratar con una UE debilitada, pero desear su disolución es algo diferente y más peligroso", recalca la analista.
Desde la perspectiva de Moscú, "la UE cayéndose a pedazos representaría una amenaza para toda la región de Europa, y Rusia no necesariamente podría evitar el contagio", opina Dejevsky.
En cuanto al silencio discreto del líder ruso respecto al tema del 'brexit', la columnista concluye que Putin es consciente de que sus palabras podrían ser interpretadas como una interferencia en los asuntos internos del Reino Unido, por lo que el Kremlin no ha mostrado ninguna preferencia en el asunto.