Así, lo que realmente es necesario es un modo de asesinar a la misma inteligencia artificial, es decir, a su algoritmo.
El equipo de uno de los proyectos más avanzados en el área de inteligencia artificial, el 'Deep Mind de Google', en colaboración con el Instituto del futuro humano —una entidad científica dentro de la Universidad de Oxford— está elaborando medidas de precaución contra la rebelión de la inteligencia artificial.
Sus ideas, plasmadas en un análisis matemático, describen métodos para construir "un gran botón rojo" que ayudaría a invalidar a cualquier robot en caso de que sus acciones representen una amenaza.
La meta de los científicos es crear un algoritmo dentro de la lógica de la inteligencia artificial que no permita a la maquina resistir o evitar la orden de desconexión.
Aunque estas alarmas parezcan prematuras —debido a que las inteligencias artificiales existentes solo empiezan a cumplir tareas un poco más complicadas que jugar al ajedrez o buscar información rápidamente— el científico de la Universidad de Oxford, Nick Bostrom, advierte que la revolución de las máquinas podría ocurrir de forma inesperada.
Basta solo crear una inteligencia artificial con la capacidad de mejorarse a sí misma, y de inmediato los robots empezarán a desarrollarse fuera del control humano, concluye.