"Desde las vísperas y durante la reunión el mercado se ha desentendido, y ha actuado como si esa reunión no fuese con él", observó Habalián, antiguo gobernador de Venezuela ante la OPEP y docente de la estatal Universidad de Carabobo.
Los dos crudos de referencia apenas se movieron unos centavos durante la jornada.
El estadounidense West Texas Intermediate osciló alrededor de 49 dólares el barril (159 litros), mientras que el Brent del Mar del Norte se cotizó más cerca de 50 dólares.
La clave, según Habalián, "se muestra en que Arabia Saudí —el productor líder de la OPEP- está satisfecha con el comportamiento del mercado", donde los precios se han recuperado desde el mes de febrero, cuando por cada barril se pagaban unos 30 dólares.
Riad ha privilegiado la oferta de mayores volúmenes y el aseguramiento de mercados, aun cuando la sobreoferta deprimió los precios, con lo que obligó a retirarse a productores menos eficientes, como los de crudo de esquistos en América del Norte.
En la conferencia se impuso la tesis saudí de no producir "ningún shock" ni tampoco agitar el mercado con un retiro o una sobrecarga de la oferta, lo que apagó iniciativas como la venezolana de insistir en acuerdos de productores OPEP y de fuera de la organización.
Además de Arabia Saudí, su rival regional Irán "está irrevocablemente decidido a no participar de ningún acuerdo en la OPEP, o con productores fuera de la organización antes de recuperar su cuota anterior", dijo Habalián.
Irán, que extrae unos 3,5 millones de barriles diarios, podría producir y colocar en el mercado un millón de barriles adicionales por jornada si su producción vuelve a los niveles anteriores a las sanciones que recibió en 2011 y fueron levantadas el año pasado.
La sobreoferta en el mercado petrolero, animada en parte por los productores de crudo de esquisto, derrumbó los precios desde los niveles de 100 dólares por barril a mediados de 2014, que solo desde el pasado marzo han regresado a una lenta recuperación.