El autor del texto, Andrea Thomas, recordó que el partido de centroizquierda se mostró reacio a las sanciones desde el principio y abogó siempre por mantener unas relaciones bilaterales fluidas.
Thomas considera que las fisuras que han salido a la superficie marcan el inicio de un proceso de "escisión en la coalición dirigente" —compuesta por la Unión Demócrata Cristiana y el Partido Socialdemócrata de Alemania—.
Cabe destacar que, además, relevantes miembros del Ejecutivo germano tampoco apoyan ciegamente la postura de Merkel. Así, el vicecanciller, Sigmar Gabriel, que también desempeña el cargo de ministro de Economía y Energía, en su intervención en el Foro de Negocios Ruso —Russian Business Forum— calificó de "no muy sabia" la postura gubernamental de retirar las sanciones solo después de la plena implementación de los acuerdos de Minsk de febrero de 2015.
A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, quien había afirmado que era "necesario presionar a Rusia", sugirió al mismo tiempo hacerlo "de manera inteligente". Steinmeier es partidario de "aflojar las sanciones paulatinamente".
En la última cumbre del G-7, celebrada en Japón, Angela Merkel verbalizó que "es precoz dar una respuesta rotunda" a la cuestión del bloqueo contra el país eslavo.
Las sanciones caducan a finales de julio y los dirigentes de la UE deben tomar la decisión de prorrogarlas o suspenderlas.