La propuesta fue promocionada por Bielorrusia conjuntamente con Indonesia, España, Cuba, Rusia, Serbia y Ecuador.
El servicio de prensa de Exteriores subrayó que esta iniciativa está encaminada a llamar la atención sobre el tráfico de órganos humanos, un tipo de crímenes poco estudiado.
"La discusión en torno a la resolución bielorrusa mostró la vigencia del tema, tanto en el contexto del desarrollo de la ciencia de los trasplantes, como respecto a la información sobre la creciente participación de grupos terroristas en los crímenes relacionados con el tráfico de órganos humanos", añadió la Cancillería.
La resolución encargó a la Dirección de drogas y delitos de la ONU preparar una investigación respecto al problema del tráfico de órganos humanos en cooperación con los países miembros de la ONU y las organizaciones internacionales interesadas.