Antes de las sanciones, Rusia era el segundo comprador de la producción agrícola de la UE. Por lo tanto, los agricultores europeos siguen llamando al levantamiento del embargo, pero este ya ha sido prorrogado hasta agosto de 2016.
Los productores —especialmente los que se dedican a la fruta, la leche y la cría de porcinos— son los que se han visto más afectados por la reacción de Rusia a las sanciones económicas y financieras impuestas por la UE, EEUU y otros países, detalla la periodista.
Aunque la entrada en los mercados alternativos se considera una de las posibles soluciones, según la autora tales medidas "no pueden tener efectos prácticos inmediatos" debido a que la búsqueda de nuevos clientes requiere tiempo. Además, la venta y el consumo de algunos productos podrían estar prohibidos en algunos países.
Silva enfatiza también que el informe del Parlamento Europeo del año pasado indicó que las estimaciones de la pérdida potencial de los puestos de trabajo en el sector agrícola —el sector de la UE que se ve más afectado por la ‘guerra de sanciones' contra Rusia— se acercan a unos 130.000.