"Lo que está ocurriendo actualmente con las inversiones en el proyecto Nord Stream 2 representa una muestra de doble rasero de la UE", afirmó el ministro húngaro al finalizar una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales, que se extenderían desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
En contra de este plan vota enérgicamente Ucrania, país que teme dejar de ser la vía principal de tránsito del gas ruso a Europa.
Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que, de realizarse este proyecto, aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y se debilitaría la seguridad energética de la UE, además de desestabilizar aún más la situación en Ucrania.