José Catalao que, según indicó el diario Folha de Sao Paulo, se encontraba "entre los funcionarios más queridos del Planalto" fue despedido acusado de posicionarse a favor de la vuelta de la presidenta de la República, Dilma Rousseff, una posición que le costó su puesto de trabajo a pesar de que no se le conoce vínculo partidario alguno.
Esse é o José Catalão, garçom no Planalto por 8 anos, demitido por Temer por ser 'petista' https://t.co/A9sqIPdyEn pic.twitter.com/CDodX1CuGy
— Gótico Picante (@fjunior) May 18, 2016
Sin embargo, en los últimos días el motivo principal para el despido de Catalao pareció relacionarse más con el temor del presidente interino de ser espiado por el camarero de 52 años quien, a pesar de su aspecto inocente, llegó a asumir cargos de oficial en el Ejército donde se destacó como paracaidista.
Cabe recordar que durante los ocho años que Catalao sirvió en el Planalto tuvo acceso continuo al despacho presidencial y estuvo presente en prácticamente todas las reuniones del equipo de ministros con Rousseff y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, es decir, el camarero era un importantísimo conocedor de las intimidades de gobierno.
En total, 170 trabajadores relacionados directamente con la presidenta Dilma Rousseff perdieron su empleo desde el pasado viernes 13 de mayo lo que ha sido catalogado por la prensa del país como una "caza de brujas" a los simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT), incluso el fotógrafo de Presidencia, Roberto Stuckert, fue despedido.
Las sospechas de espionaje entre funcionarios y altos cargos del país llegó a su punto álgido el pasado 17 de mayo cuando el Tribunal Supremo Federal (TSF) informó sobre la aparición de un micrófonooculto en el despacho del juez, Luis Roberto Barboso, uno de los 11 miembros de la Corte Suprema nombrado por Rousseff en 2013.

Sin ir más lejos, este mismo viernes la Fiscalía General de la República de Brasil solicitó al TSF la apertura de una investigación criminal contra el nuevo ministro de Planificación, Romero Jucá, considerado la mano derecha de Temer y su sucesor al mando del PMDB, un motivo de peso para que el presidente interino refuerce sus precauciones.