La entrega del Ministerio de Educación, ahora Ministerio de Educación y Cultura, para el diputado del partido Demócratas (DEM), Mendonça Filho, el cual se opuso sistemáticamente al sistema de cotas para garantizar el acceso de los afrodescendientes a los estudios superiores o a la inversión en el sistema público de educación del 75 por ciento de los beneficios generados por la industria del petróleo.
Además, el político del DEM nombró como encargado de la secretaria de Supervisión de Educación Superior a Mauricio Costa Romao un "economista ligado a la red de enseñanza privada lo que es una señal preocupante para el futuro de la enseñanza superior pública" y quien demostró su apoyo para que las universidades públicas cobren mensualidades en los cursos de extensión y posgrado.
Los recortes en los programas sociales y el Sistema Único de Salud (SUS) también son denunciados por el partido de Rousseff explicando que el gobierno de Temer podría eliminar en torno a un 10 por ciento de los beneficiados por la Bolsa Familia mientras que el ministro de Salud, Ricardo Barros, abrió las puertas a la eliminación de un porcentaje mínimo en la sanidad pública en los estados y municipios, actualmente en el 15 por ciento.
Sobre el programa de viviendas sociales "Mi Vida, Mi Casa", el nuevo ministro de Ciudades, Bruno Araujo, suspendió como una de sus primeras medidas en el cargo la construcción de 11.250 viviendas sociales aprobadas por la presidenta Rousseff y prometió una revisión de uno de los programas más exitosos de los gobiernos del PT y que benefició a 23 millones de brasileños.
Además, se criticó el nombramiento del excandidato presidencial por el PSDB, José Serra, como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, la primera vez desde 1993 que un político y no un diplomático ocupa el Palacio de Itamaraty, un giro en la política exterior que se ha traducido en un conflicto diplomático con países como Venezuela, Ecuador, Cuba, Bolivia, El Salvador o organizaciones como Unasur.
Por último, el nuevo canciller amenazó con el cierre de las 17 embajadas inauguradas por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en países de África y el Caribe durante sus gobiernos entre los años 2003 y 2011, un símbolo del esfuerzo de Brasil por avanzar en la construcción del multilateralismo en las relaciones internacionales pero que no han interesado a Serra quien declaró que la agenda exterior se basaría en el comercio y no en la política.