"El objetivo de fondo con este caso (del supuesto tráfico de influencias del presidente Morales para favorecer a su expareja Gabriela Zapata y a la empresa china CAMC) no es otro que el de asistir a un escenario de golpe mediático, acompañado de la complicidad de unas fuerzas políticas conservadoras que durante los diez últimos años han recibido el rechazo del pueblo", dijo Quintana.
Los dichos del ministro de la Presidencia dieron lugar a un duro enfrentamiento verbal entre legisladores opositores y oficialistas.
Quintana respondió a 13 preguntas formuladas por la bancada opositora del Partido Demócrata Cristiano (PDC), las que consideró "malintencionadas" y orientadas a generar una mayor incertidumbre política sobre el supuesto tráfico de influencias.
"Más allá de esto, el caso Zapata ha sido la coartada más ruin para atacar el proceso de cambio, para atacar al Gobierno y al presidente Evo Morales", señaló la autoridad que denunció además que el "golpe mediático" se sustenta en la "difamación y la mentira".
"Este caso forma parte de la ofensiva política imperial que hoy día está sostenida fundamentalmente en dos pilares que se alimentan mutuamente: los medios de comunicación que tratan de legitimar los ataques opositores contra el Gobierno y una oposición que se ha convertido en un obstáculo contra el desarrollo de la nación", sostuvo el Ministro que recibió el respaldo de la mayoría oficialista en la Asamblea.
Luego de una investigación de más de ochenta días, la Asamblea Legislativa de Bolivia descartó la existencia de tráfico de influencias por parte del presidente Morales en favor de la empresa CAMC.