Los sádicos métodos con los que se mata a los animales en las así llamada 'granjas orgánicas' de Francia han desatado este año una fuerte polémica tanto en el país galo como en el exterior. La Fundación Brigitte Bardot, que tiene presencia en los cinco continentes, ha sido una de las voces implicadas en el debate público.
Uno de sus primeros logros como activista social fue la aceptación de la pistola para dar muerte sin dolor al ganado en 1962. Sin embargo, en la práctica, la aplicación de este método en el país tardó diez años más. ¿Cuáles son las perspectivas de la labor activista en Francia? ¿Opina usted que se tardará unos diez años más en instalar cámaras de vigilancia en los mataderos?
El actual escándalo con los mataderos en Francia ha resultado un verdadero 'shock' para mucha gente. Estas terribles fotos tomadas en tres mataderos diferentes en dos meses mostraron el infierno que reina en estos recintos. Pero creo que con este gobierno no conseguiremos nada.
Usted misma, o los medios, han convertido su manera de decir lo que piensa en una especie de 'marca' personal. ¿Cuál es su rol de persona pública en las actividades de su organización?
Mi fundación atrae a mucha gente justamente porque está encabezada por una persona que por fin dice la verdad, algo bastante raro en estos días, algo que la gente aprecia.
Los sucesos sangrientos, investigaciones provocadoras y vídeos impactantes son algunos de los métodos con los que la Fundación pretende hacer que la gente y los legisladores hagan caso del problema. ¿Acaso no quiere cambiar su método?
No, porque otras organizaciones de protección hacen la misma cosa, y nosotros las apoyamos.
Los gobiernos de Occidente están llevando a cabo negociaciones a puerta cerrada acerca del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones —TTIP, por sus siglas en inglés—. ¿Cuál sería el impacto de este acuerdo en la calidad de los alimentos que consumen los europeos?
El TTIP es una locura desde cualquier punto de vista. El comercio internacional ya es demasiado intenso, haciendo que se arruinen los productores, así que el TTIP será una catástrofe sanitaria, ecológica y económica.
Hace poco escribió usted una carta abierta al presidente Francois Hollande. ¿Qué pasos concretos espera usted del mandatario en cuanto a la protección de los derechos de los animales?
De Hollande no espero nada. Es incapaz de tomar una decisión al respecto. Sin embargo, creo que los nuevos candidatos al puesto presidencial en 2017 han leído esa carta y han reflexionado sobre el tema.
¿Cuál es el estado de las cosas en el mundo? ¿Existe un país o líder que pueda servir de ejemplo en la causa de la protección de animales?
Ninguno. Sin embargo, unos seis o siete países de la Unión Europea han prohibido los sacrificios de animales, lo que es un importante avance. Inglaterra prohibió la caza con perros, así como lo hizo Alemania. ¡Felicidades!
En 2013 usted declaró al gobierno de Francia que iba mudarse a Rusia si no mostraba voluntad de cambiar la situación con los derechos de los animales. ¿Todavía considera la obtención de la nacionalidad rusa?
Soy francesa, comparto los valores de mis compatriotas y represento a Francia. Por desgracia, Francia ha cambiado mucho en los últimos tiempos, no reconozco a mi país. Por eso mi alma aspira a Rusia. Adoro su lengua, su música, sus risas y lágrimas. Además, son dichosos de tener un presidente como Vladímir Putin. Igual, aquí —en Rusia— también hay trabajo para hacer en cuanto a la protección de animales. Espero contar con la ayuda de los rusos en este asunto.