“No vemos cambios importantes con la conferencia de la OPEP porque lo que se aprecia es una búsqueda de equilibrio con base en los volúmenes que se ofertan o se esperan”, dijo el analista Kenneth Ramírez, profesor de geopolítica petrolera en la Universidad Central de Caracas.
La tendencia al alza “sería rápida si todos los productores reunidos en Doha (18 países, el pasado abril) limitasen producción, lenta con solo acuerdos de la OPEP, y si se deja al merado puede llevar el precio a entre 65 y 75 dólares por barril a finales de 2017”, dijo Cisneros, también catedrático en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Pero nuevos acuerdos y cambios en la OPEP no se observan porque este año “lo que los productores están buscando es colocar su petróleo”, señaló el consultor.
Morse, asesor de Citigroup, destacó la declinación en la producción de Estados Unidos, por la salida del mercado del crudo de esquistos (shale oil), aunque advirtió que este segmento de la industria mantiene su capacidad de producción, que puede entrar al mercado si los precios remontan sus niveles actuales en búsqueda de equilibrios.
En el seno de la OPEP, en el corto plazo, no se aprecian mayores cambios, según Morse, quien señaló una tendencia a mermar en la producción de Argelia, Nigeria y Venezuela, mínimos cambios en Angola, Ecuador, Indonesia y Catar, crecimiento leve en Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, y tendencia al alza en Irán y en Arabia Saudí.
Libia, con una producción (350.000 barriles diarios) inestable debida a su situación política, es mostrada como “comodín” en los cálculos de Morse.
Irán versus Arabia Saudí
La OPEP “registra falta de cohesión interna marcada además por la confrontación entre Irán y Arabia Saudí, sobre el tablero de Siria y el resto del Medio Oriente, por lo que el impulso a los precios se ve por el lado del mercado y no de la organización”, dijo Ramírez.
Entretanto, la política saudí de competir con volúmenes aun con precios más bajos y descuentos “logra el objetivo de sacar del mercado a productores más ineficientes o caros”, como los que extraen crudo de esquistos, indicó.
Frente a esa política “Irán sostiene la búsqueda de recuperar la cuota del mercado que tenía antes de ser objeto de las sanciones (poco más de cuatro millones de barriles diarios, frente a su actual producción de 3,4 millones de unidades) y el resultado es que el driver (conductor) de la situación es el mercado y no la OPEP”, según el experto.
La OPEP, que produce 32,4 millones de barriles diarios dentro de una oferta global de 96 millones, está integrada por Angola, Arabia Saudí, Argelia, Catar, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela.