Sobre las 6 de la tarde y en el Día de la Independencia, decenas de activistas de ultraderecha empezaron una procesión no autorizada desde el centro de Jerusalén hasta la entrada a la Explanada de las Mezquitas, según confirmó la policía.
Agentes desplegados en la ciudad vieja ordenaron a los manifestantes que se dispersaran, pero estos siguieron avanzando y cinco de ellos fueron arrestados.
Poco después, la policía detuvo a diez personas más que estaban formando una cadena humana en la Puerta de Damasco, una de las entradas más emblemáticas a la ciudad vieja e impedían que los musulmanes entraran.
Entre los arrestados hay tres mujeres con sus bebés que participaron en actos violentos que pusieron en peligro a los niños.