"Puse al descubierto a (el bufete panameño) Mossack Fonseca porque creo que sus fundadores, empleados y clientes deben responder por su papel en esos crímenes que apenas empiezan a ser puestos a la luz", escribió el anónimo en un manifiesto publicado por Süddeutsche Zeitung.
El autor de la resonante filtración afirmó que aunque las empresas en paraísos fiscales no son ilegales de por sí, en el caso de los papeles de Panamá no cabe duda que se utilizaron para cometer crímenes graves que van mucho más allá de la evasión fiscal.
El 'sin nombre' remarcó que no trabaja para ningún Gobierno o Servicio de Inteligencia y enfatizó que su filtración –cuya procedencia no reveló– no persigue fines políticos.
A la vez, se mostró dispuesto a colaborar en la medida de lo posible con las autoridades para llevar ante la justicia a los culpables, sin embargo, cuestionó la capacidad de las autoridades de proteger a sus fuentes.
En opinión del delator, las auditorías, las agencias tributarias, los tribunales, los medios y los propios juristas se han desprestigiado.
"Estos fracasos llevan a una desintegración total de las normas éticas y hacen que aparezca un nuevo sistema que –aunque lo denominemos 'capitalismo'– en realidad equivale al esclavismo", sentenció.
La primera parte del informe, los llamados Papeles de Panamá, fue divulgada el 3 pasado de abril.
Mossack Fonseca calificó de crimen el robo de documentos de sus servidores pero rehusó confirmar su autenticidad.
El bufete, cuyas oficinas en Panamá y varias capitales más fueron registradas, insiste en que su negocio es lícito y se declara dispuesto a colaborar con la investigación oficial.