"Fui elegido para acabar con las guerras, y no para empezarlas", declaró Barack Obama en 2013.
Así, a finales de abril el Pentágono decidió enviar 250 soldados norteamericanos a Siria para apoyar a las tropas locales en su lucha contra Daesh.
El objetivo es loable, señala el portal, pero hay una pregunta que queda en el aire: "¿la presencia de los norteamericanos está dirigida ‘solo' contra el EI —autoproclamado Estado Islámico- sin asistir a los rebeldes sirios o ponerse en el camino de los kurdos y los turcos? Eso no está claro".
No obstante, las cosas van más allá, afirma el portal. A raíz de la Primavera Árabe y la injerencia de Washington, la población es cada vez más radical y ahora países como Túnez se han convertido en uno de los principales "proveedores" de terroristas para Daesh.
Lea también: Primavera Árabe: frustración y pesadilla islamista
Durante su campaña presidencial, Obama, entre otras cosas, prometió acabar con la guerra en Irak. En dicho caso, el jefe de Estado actual no cumplió su promesa y aunque formalmente las tropas fueron retiradas, hoy en día unos 5 mil militares norteamericanos se encuentran allí.
No solo se trata de Daesh. A pesar de que los saudíes participaron en parte en la lucha contra el terrorismo, el sitio web asegura que su ataque contra Yemen fue apoyado por Al Qaeda. Un grupo alineado con Al Qaeda, el Frente al Nusra, está además floreciendo.
La situación en cuanto a la guerra eterna de Afganistán queda poco clara, ya que la guerra contra el Talibán continúa.
"Es un fin muy extraño para el presidente que prometió acabar con las guerras y que aseguró al público no menos de diez veces que no desplegaría tropas en Siria. Aun así, aquí estamos. ¿Puede el próximo presidente hacerlo mejor?", concluye el portal.