"La cifra al día de hoy ya supera en Costa Rica las 700 personas en menos de tres semanas. Panamá tiene otros cientos. No se tienen cifras exactas de cuántos africanos y asiáticos vienen en camino, pero informaciones dadas a Costa Rica indican que fácilmente podríamos hablar de unas 9.000 personas ya en ruta", señaló González en la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA (Organización de los Estados Americanos).
Pese a que las relaciones entre Costa Rica y Panamá son buenas, continuó González, "la situación es complicada y requiere un abordaje integral por parte de todos" los países por los que transitan estos migrantes rumbo a EEUU.
Antes de que llegaran esos 700 africanos y asiáticos, en Costa Rica también estuvieron varados hasta casi 8.000 cubanos, que finalmente pudieron viajar a EEUU a través de un mecanismo de excepción acordado por los gobiernos de la región para permitir su paso.
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A diferencia del resto, los isleños disfrutan de los privilegios migratorios que les brinda la Ley de Ajuste Cubano de 1966, aprobada en pleno contexto de Guerra Fría.
Las salidas de cubanos se dispararon desde que La Habana y Washington reanudaron sus relaciones diplomáticas en julio de 2015, pues muchos ciudadanos de la isla caribeña temen ahora perder esos privilegios.
Aunque la dificultad, añadió, "está en que son personas indocumentadas y, evidentemente, no son beneficiarias en los Estados Unidos de los privilegios migratorios a los que sí pueden acceder los cubanos".
González concluyó su discurso solicitando a la secretaría general de la OEA la elaboración un informe urgente sobre esta que amenaza convertirse en una nueva crisis migratoria.