El mecanismo es similar al de los inspectores que Pekín envía a otros estamentos civiles dentro de la campaña emprendida por el presidente Xi Jinping, según la agencia de noticias Xinhua.
También ha sido creada una oficina de auditoría para organizar y guiar el trabajo de los inspectores y se ha abierto una línea telefónica para denunciar las prácticas corruptas.
El equipo de investigadores ha recibido un curso de aprendizaje de dos días y ha sido dividido en diez grupos antes de ser enviado a las diferentes unidades.
El presidente chino alertó recientemente de la existencia de "camarillas" que estarían boicoteando las políticas del Gobierno y exhortó a eliminarlas para asegurar la supervivencia del partido.
Guo Boxiong, quien ocupó durante una década el cargo de vicepresidente de la Comisión Central Militar, fue acusado este año de cobrar sobornos "en una suma extremadamente enorme", según la prensa oficial.
Guo habría vendido promociones en el estamento militar a cambio de dinero y otros regalos.
Los expertos señalan que la compraventa de altos cargos militares a cambio de sobornos es tan generalizada que arruinaría los esfuerzos militares en un escenario de guerra real.
La corrupción militar también llega por los numerosos negocios tradicionalmente asociados al Ejército.
Pekín anunció semanas atrás que las Fuerzas Armadas deberán cancelar todos sus servicios remunerados en tres años.