El martes fue detenido el artífice de la negociación, el exguerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Raúl Mijango, y se emitieron órdenes de captura contra otras 20 personas, exfuncionarios y altos mandos policiales.
"Las 21 personas en esta lista, solo son culpables de tratar de hacer algo diferente", advirtió Blackwell, para añadir que "no hay futuro en la litigación del pasado".
La fiscalía imputa a Mijango y a otros delitos de asociación ilícita e investiga el uso de fondos del Estado para su promoción, la posible malversación de dos millones de dólares y presuntos privilegios ilegales concedidos a los líderes de las pandillas que se encontraban en distintas penitenciarías.
"En escenarios complejos y altamente emocionales como este es fácil distraerse", advierte Blackwell en su blog, pero añade que "en realidad solo hay un asunto, ¿cómo podemos proteger a los individuos que, con razón o sin ella, han asistido en el desarrollo de enfoques alternativos para tratar de resolver un problema de largo tiempo: la violencia de las bandas (maras) en El Salvador?".
La mediación, observa, "no es fácil, por definición, (pues) está tratando con personajes que han cometido actos violentos" y añade que "como siempre he dicho, no estábamos tratando de llegar al cielo, simplemente evitar ir al infierno".
La tregua pactada entre la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, las dos principales pandillas salvadoreñas, incluyó el traslado de 30 jefes presos y el cumplimiento de un pliego de demandas que ahora investiga la justicia y determinó que la cantidad de asesinatos diarios cayera de 14 a seis.
Las actuales autoridades de El Salvador, también del FMLN, celebran que la tasa de homicidios haya caído en abril a casi 12 por día, pues en los tres primeros meses del año no había bajado de 20 diarios.