Cientos de miles de trabajadores argentinos dicen no a las políticas de Macri

“Esta es una movilización inédita, hacía más de 20 años que todo el movimiento obrero no se unía”, destacó a esta agencia la secretaria general de la Asociación Bancaria de Buenos Aires, Alejandra Estoup.

La masiva manifestación fue organizada por dos de las tres facciones de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT) y por las dos divisiones de la independiente Central de Trabajadores de Argentina (CTA).

“La consigna es que debemos estar todos juntos para que otra vez una minoría no se lleve la riqueza de todo el pueblo argentino”, expresó Estoup.

Gracias a estos logros, “hoy podemos decir feliz día del trabajador”, señaló la secretaria general en referencia a la fecha que se observa el domingo 1 de Mayo.

Por una de las calles adyacentes al núcleo de la marcha descendía la Asociación del Personal No Docente de la Universidad de Buenos Aires (APUBA).

“El Gobierno ha efectuado un recorte en el presupuesto de las universidades nacionales que afectará la partida de investigación, la docencia y los hospitales públicos de gestión universitaria”, señaló a esta agencia Carlos Galíndez, delegado de la comisión interna del Rectorado y Consejo Superior, que representa al órgano de Gobierno de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La comunidad universitaria vive una situación dramática, que afecta a la UBA, una de las universidades más importantes de América Latina, que “tiene 400.000 estudiantes, 13.000 funcionarios en todas las facultades y más de 60.000 docentes”, añadió.

Frente al estrado desde el que hablaron los principales líderes escuchaba con atención Claudio Pedreira, dirigente de una rama de actividades de la Asociación Obrera Textil, que aglutina a 46.000 afiliados.

Vinimos “con un sentido de unidad, lo que permite el reclamo y la intención real de poder participar de la discusión de los destinos del encuadramiento sindical dentro de la planificación de un Gobierno que no ha dado respuesta hasta ahora”, explicó Pedreira.

Como trabajadores textiles, “somos los primeros en levantar cuando la situación del país es propicia, pero también los primeros en bajar cuando esa cuestión es desfavorable, como le pasa a cualquier asalariado”, señaló el delegado.

La situación que atraviesa el país “ya la hemos vivido, se manifiesta por el corte por lo más finito”, que empieza “cuando no es rentable el salario y se genera una falta de demanda y consumo que provoca que los propios fabricantes empiecen a achicar” la producción, agregó Pedreira.

Una de las columnas más numerosas de toda la movilización fue la del Sindicato de Choferes de Camiones, que tiene como líder a una de los gremialistas con más peso del país, Hugo Moyano. Solo en la capital y la provincia de Buenos Aires, el sindicato movilizó a 70.000 personas.

“Queremos que terminen los despidos y además esperamos que suban los salarios, porque si no, quedamos ahogados con el próximo ajuste”, señaló un representante de los camioneros Miguel Ángel Rodríguez, que trabaja desde hace 28 años en el sector.

Unas 300.000 personas, según los organizadores, participaron de la movilización sin precedentes, por haber unido a sectores sindicales que mantienen serias diferencias entre sí.

Los sindicalistas advirtieron que esta movilización no implicó una huelga, pero amenazaron con un paro general si el presidente Macri veta una iniciativa parlamentaria para prohibir los despidos por 180 días.