"Ahora la tarea principal es calmar la situación, evitar una nueva agresión y más derramamiento de sangre, así como restablecer un ambiente que contribuya tanto a calmar la situación como a lanzar el proceso de negociaciones", dijo.
El conflicto de Nagorno Karabaj que divide a Armenia y Azerbaiyán desde 1988 experimentó una escalada en las primeras fechas de abril tras haber permanecido latente durante más de dos décadas.
Los enfrentamientos causaron decenas de muertos confirmados por ambos bandos y un número indeterminado de heridos sin que ningún organismo internacional haya hecho hasta ahora un balance independiente de esta espiral de violencia.
Desde el 5 de abril se mantiene un armisticio frágil pero los bandos del conflicto se acusan periódicamente de violarlo.
Las relaciones entre Ereván y Bakú se deterioraron después de que Nagorno Karabaj, un enclave de población mayoritariamente armenia, decidiera independizarse en 1988 de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Bakú perdió el control sobre Karabaj y siete distritos adyacentes tras la escalada de las hostilidades entre 1992 y 1994.
Para impulsar una solución negociada del conflicto se instituyó en 1994 el llamado Grupo de Minsk, copresidido por EEUU, Rusia y Francia.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.