"No apoyamos los intentos de buscar canales paralelos y crear mecanismos que no tengan la confianza de todas las partes", dijo al reunirse con el presidente armenio, Serzh Sargsián.
Según Lavrov, son las propias partes en conflicto las que deben lograr una solución, con el apoyo de los países que actualmente copresiden el grupo de Minsk: EEUU, Francia y Rusia.
Agregó que Armenia comparte esta postura de Rusia.
"Entiendo que ahora es muy difícil volver a la mesa de negociaciones, la situación debe normalizarse un poco", señaló el ministro ruso, al destacar que no existe una solución militar al conflicto en la región.
El conflicto de Nagorno Karabaj que divide a Armenia y Azerbaiyán experimentó del 2 al 5 de abril una escalada después de haber permanecido latente durante más de dos décadas.
Nagorno Karabaj, enclave poblado en su mayoría por armenios, decidió independizarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Tras las hostilidades que duraron de 1992 a 1994, Bakú perdió el control sobre este enclave y siete distritos adyacentes.
Desde 1992 continúan las negociaciones de paz en el marco del Grupo de Minsk de la OSCE, cuyos miembros permanentes son Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía, así como Armenia y Azerbaiyán.
Bakú insiste en recuperar su integridad territorial; por su parte, Ereván defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.