Según la Policía, las fuerzas israelíes ordenaron a los dos palestinos que se detuvieran, pero ellos siguieron andando, la mujer con una mano dentro de su bolso y el chico con las manos detrás de la espalda.
En un momento dado, se pararon y ella sacó del bolso un cuchillo y se lo lanzó a uno de los policías del control sin causarle ningún daño.
Inmediatamente después, otros agentes dispararon contra los dos, mataron a la chica en el acto e hirieron al joven, que murió poco después.
La Policía de fronteras aseguró haber encontrado en el bolso de la mujer, identificada como Maram Abu Ismayil, de 23 años, otro cuchillo idéntico al que lanzó y una navaja automática en el cuerpo del chico.
Medios de comunicación palestinos confirmaron la identidad de la presunta atacante e informaron de que era de la localidad de Beit Surik, cerca de Ramala.
La agencia palestina de noticias Maan citó a testigos presenciales del incidente que aseguraron que las fuerzas de seguridad dispararon al menos 15 tiros contra la chica.
También explicaron que el joven se acercó a ella cuando yacía en el suelo y entonces le dispararon.
La Media Luna Roja palestina denunció que las fuerzas israelíes negaron el paso de las ambulancias para asistir a los dos jóvenes palestinos.
Tras el incidente se produjeron disturbios en la zona.
Unos 30 jóvenes palestinos lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad del control, que respondieron con gases lacrimógenos.
Desde finales de septiembre habrían muerto 207 palestinos, unos dos tercios de ellos, a manos de las fuerzas de seguridad israelíes después de cometer o intentar perpetrar presuntamente ataques.
Al menos 43 de los palestinos muertos son menores de edad y de ellos, 33 perdieron la vida en ataques o supuestas agresiones, según datos de la ONG Defense of Children International y la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Desde el 1 de octubre, los ataques palestinos han matado a 30 israelíes, un palestino y tres extranjeros.