Los magistrados consideran que Ben-David, mayor de edad, es culpable de asesinato y de secuestro con el fin de cometer un asesinato.
Otros dos menores que participaron en el crimen ya fueron condenado a cadena perpetua y a 21 años de cárcel respectivamente.
En la madrugada del día del crimen, los tres convictos fueron al barrio palestino de Shuafat, en el sector ocupado de Jerusalén, secuestraron a Abu Jdeir y se lo llevaron a un bosque cercano donde lo torturaron antes de quemarlo vivo.
El crimen causó numerosos disturbios en las zonas palestinas y precipitó el inicio de la última guerra de Gaza.
Los jueces determinaron que Ben-David fue en todo momento consciente de sus actos y el primer responsable del asesinato de Abu Jdeir.
Al desestimar los argumentos de la defensa, los jueces recuerdan que Ben-David confesó su participación en el crimen e incluso cómo fue preparado con antelación el secuestro y la muerte del adolescente palestino.