Obama tiene previsto viajar a Inglaterra la semana próxima y, según señaló la Casa Blanca, defenderá la posición de la adhesión si se le plantea la cuestión en sus encuentros con el público o los medios.
"Es diplomáticamente anormal utilizar el cargo de jefe del Estado de un país extranjero para interferir en elecciones domésticas", protestó Jacob Rees-Mogg, diputado conservador y partidario del 'Brexit'.
"No creo que los británicos deseen que un bastante fracasado presidente americano, con la política exterior menos exitosa en la historia moderna, les diga lo que deben hacer", declaró a The House, la revista del Parlamento de Westminster.
A su vez, Nigel Farage, líder del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), expresó este viernes su frustración con el "más antibritánico" de los presidentes estadounidenses.
"Misericordiosamente, este presidente americano no seguirá mucho tiempo en su cargo y espero que sea reemplazado por alguien más sensato en lo que respecta a las relaciones con este país", dijo el reconocido portavoz del Brexit.
De acuerdo con el diputado tory, los "más cercanos subordinados" del presidente, Joseph Biden y John Kerry, tienen un "historial de hostilidad contra Reino Unido".
La antipatía se debe, según afirma, a que ambos bloquearon la extradición de EEUU de militantes del IRA conectados con la bomba que estalló en el hotel de la costa inglesa donde se hospedaban Margaret Thatcher y su gabinete conservador en 1984.
Rees-Mogg cree que "no se puede olvidar el indigno comportamiento" del vicepresidente y el secretario de Estado "designados por Obama"
La continuidad o salida de la UE se someterá al voto del electorado británico en el referéndum del próximo 23 de junio.
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Los sondeos de opinión apuntaban a un empate el viernes 15, jornada en que arrancó oficialmente la campaña, aunque aún hay una amplia minoría de indecisos.