"Más de 30.000 personas del mundo entero se sumaron a la campaña de Daesh en Irak y Siria. Estos combatientes extranjeros representan a su regreso una amenaza considerable a la seguridad de sus países de origen y otros", dijo Ban al intervenir en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Ban Ki-moon insistió en tomar medidas para prevenir la financiación de los terroristas mediante el contrabando de hidrocarburos, el tráfico de antigüedades, los secuestros y las inyecciones de dinero desde el exterior. También exhortó a privarles del acceso a internet para que no puedan hacer proselitismo entre los jóvenes.
El autodenominado Estado Islámico, o Daesh en árabe, es un grupo declarado terrorista por la ONU y proscrito en numerosos países, incluyendo Rusia.