"Los asesinatos políticos y ejecuciones siguieron siendo un serio problema y se prestaron tres reportes señalando a miembros de las fuerzas de seguridad por asesinatos extrajudiciales en conexión con el conflicto armado", señala el informe, presentado en Washington.
Según el documento, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) asesinaron a personas vinculadas con el Gobierno y las fuerzas militares, así como a numerosos civiles, al tiempo que secuestraron a siete personas entre enero y julio del año pasado "por razones políticas y económicas", y mantuvieron el tráfico de drogas junto con la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional).
"Estos grupos cometieron numerosos crímenes, entre ellos asesinatos políticos, uso extendido de minas antipersonales, secuestro, desapariciones forzadas, violencia sexual, intimidación de jueces, fiscales y testigos, reclutamiento de menores, ataques a defensores de derechos humanos y desplazamiento forzado", añade el documento.
El Departamento de Estado de EEUU destaca cómo ambos grupos insurgentes mantuvieron el uso de las minas antipersonales durante 2015, y precisa que de acuerdo con la organización no gubernamental Campaña Internacional para la Eliminación de Minas Antipersonales, las mismas se cobraron la vida de trece personas y dejaron 107 más heridas.
Respecto a las FARC, el informe precisa que ese grupo guerrillero continuó forzando abortos entre sus combatientes embarazadas y maltratando a prisioneros.
El mismo sostiene a su vez que este grupo guerrillero continuó la práctica de abortos entre sus combatientes embarazadas y el maltrato a los prisioneros, y precisa que la insurgencia no cesó en el reclutamiento a menores de 18 años, los cuales fueron usados como combatientes y como "espías y esclavos sexuales".
Por último, el informe, que abarca sólo hasta diciembre pasado, reseña que las FARC atacaron la infraestructura petrolera de Colombia, lo que derivó en graves daños ambientales para el país.
Pese a lo expuesto, el Gobierno de EEUU respalda las negociaciones de paz que el Gobierno de Colombia y las FARC mantienen en La Habana, Cuba, desde noviembre de 2012 con el objetivo de lograr un armisticio que ponga fin a un conflicto armado interno de más de medio siglo de existencia, el cual deja 7,8 de víctimas y más de 220.000 muertos, según reportes oficiales.