Según el medio, el llamado "Plan B" comprende la propuesta de suministrar a la oposición de Siria "sistemas de armamento, capaces de bombardear los aviones del régimen sirio y las posiciones de la artillería".
Tras la publicación de The Wall Street Journal, la Cancillería de Rusia realizó declaraciones. El viceministro Serguéi Riábkov calificó las actitudes de EEUU como un intento de ejercer presión sobre Moscú. El diplomático señaló que esto "impide el trabajo normal".
El régimen del alto el fuego está vigente desde el 27 de febrero del año en curso. La tregua no se aplica a las organizaciones terroristas proscritas en Rusia y otros países, como el Estado Islámico (Daesh en árabe) y Frente al Nusra, una rama de Al Qaeda en Siria, ambas organizaciones reconocidas como terroristas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los representantes de EEUU han asumido previamente que en caso de un fracaso del plan, se puede considerar otro, el denominado "Plan B", aunque sin especificar los detalles. Moscú calificó dichas declaraciones como "un juego injusto y deshonesto" destinado a descarrilar el proceso de paz.