Según Nikolic, Serbia ha sido el país que "les dio de comer, de beber, los curó y les dio calor sin establecer obstáculo o juicio alguno".
"Las enseñanzas del amor cristiano se han enfrentado pocas veces en la historia a pruebas tan duras como la de nuestros tiempos, cuando una gran cantidad de personas de países remotos que huyen de la guerra, el hambre y la muerte vienen a nosotros", señaló.
Nikolic señaló que "todos los principios promovidos por Europa en la actualidad pasan la prueba mas severa en la propia Europa".
"Serbia no ha traicionado ni los valores europeos de la solidaridad, ni la doctrina cristiana sobre la bondad", señaló.
"Nuestra historia está colmada de migraciones, expulsiones, fugas masivas", señaló, al poner como ejemplo a los serbios que huyeron durante las guerras en Kosovo, Metojia y Croacia.
Aleksandar Vulin, director de la Oficina de Kosovo y Metojia, señaló por su parte que la mayoría de los cientos de miles de migrantes que han llegado al país durante los últimos años son musulmanes, y no obstante, los serbios ortodoxos los han recibido "como si fueran de sus mismos poblados y ciudades, como si tuviesen la misma fe y hablasen la misma lengua".
La XXII Conferencia internacional anual es organizada por el Fondo de la Unidad de los Pueblos Ortodoxos y este año está dedicada al asunto de los refugiados desde la perspectiva cristiana.
Según datos de la agencia Frontex, a lo largo de 2015 un total de 1,83 millones de personas cruzaron las fronteras de la UE ilegalmente. La Comisión Europea califica la situación como la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Aleksandar Vulin informó durante el foro que durante 2014 a través de Serbia pasaron cerca de 600.000 refugiados de diversos países, parte de los cuales se quedó en la nación eslava.