"Acá hay un tema de fondo (…) la derecha boliviana atacará a todas las empresas chinas, por instrucción del imperio norteamericano. El imperio norteamericano no quiere la presencia de China ni de Rusia", afirmó el mandatario boliviano en una entrevista para la Cadena A citada por Prensa Latina.
El mandatario boliviano advirtió que este tipo de campaña también podría desatarse contra otros socios de Bolivia, en particular contra Rusia. Actualmente las empresas estatales rusas Gazprom y Rosatom llevan varios proyectos en Bolivia en el área de gas natural y en el sector nuclear, respectivamente.
Las campañas difamatorias son una herramienta típica de EEUU y tienen como objetivo desprestigiar tanto a los gobiernos "indeseables" como a sus socios internacionales, opina el experto del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias rusa, Alexandr Jarlámenko.
"CAMC no recibió preferencias y cuando surgieron las infracciones de la ley por parte de la empresa, todos los casos fueron sancionados por el Gobierno boliviano. El escándalo está inflado de manera semejante a los casos del expresidente de Brasil y el vicepresidente de Uruguay. Es un método de desacreditar y sacar a los políticos indeseados practicado por Washington en Latinoamérica", afirmó el experto a Sputnik.
EEUU, de hecho, resiste activamente a la penetración de las empresas chinas en América Latina, confirma el experto ruso, Mijaíl Beliat.
"En particular, tratan de impedir la llegada de las empresas de producción, de tecnologías y de finanzas en la región" mientras en Bolivia la influencia de EEUU disminuyó en los últimos 20 años, añadió.
Las relaciones de Bolivia y EEUU permanecen en tensión tras la expulsión del embajador estadounidense del país en 2008 por acusación de injerencia. Además, el Gobierno de Morales expulsó a la Agencia estadounidense para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también por intromisiones en los asuntos internos de Bolivia.