"Cada vez que intervenimos en los asuntos del Medio Oriente logramos poner un nuevo récord apocalíptico de fracaso", opina el presentador de radio y abogado Robert F. Kennedy, sobrino del presidente de EEUU de los años 1961-1963, John Kennedy.
Kennedy pasó mucho tiempo viajando por los países de la región y estudiando las consecuencias de las intervenciones estadounidenses en la política interna de los países de la región, como Siria, Irak, Jordania y otros. Al analizar todas las injerencias de EEUU, se hacen claras las razones de las posturas agresivas de varios gobiernos orientales hacia los Estados Unidos, comentó Kennedy a Sputnik.
Una larga historia de injerencias en Siria
EEUU trató de organizar golpes de estado en Siria en varias ocasiones desde la mitad del siglo XX, dice Kennedy.
En 1949, EEUU derrumbó al presidente de Siria, Shukri al Kuwatli, a pesar de que los sirios fueron los aliados de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y del intento del país de introducir un modelo democrático semejante al estadounidense, comenta el experto.
La razón fue simple: Al Kuwaitli estaba en contra del proyecto estadounidense del oleoducto transarábico —destinado a transportar el petróleo saudí por el territorio sirio-.
En 1955, Kuwaitli regresó a Siria y de nuevo ganó las elecciones presidenciales, por lo que EEUU orquestó un nuevo golpe. Pero el segundo intento fracasó, debido a la honestidad de los militares a quienes los agentes de EEUU intentaron sobornar. Como resultado, Damasco expulsó a todos los diplomáticos estadounidenses y apostó por cooperar con la URSS, lo que "determinó una gran parte la historia del país", opina Kennedy.
El fracaso en Irán
La revolución islámica en Irán fue el resultado directo del golpe de estado de 1943, perpetrado por Washington y Londres, afirma el experto. El primer ministro Mohammad Mosaddeq fue sacado del poder por el sah Mohamed Reza Pahlevi.
Las represiones del nuevo líder contra cualquier oposición y su benevolencia incondicional hacia las compañías petroleras extranjeras fomentaron el descontento en el país. El odio hacia EEUU creció, las posiciones de fundamentalistas religiosos se fortalecieron, y en 1979 el sah fue derrumbado a favor de la instauración de una República Islámica de Irán que permanece hasta hoy.
"El Irán que conocemos ahora es la consecuencia directa de la injerencia de EEUU del año 1943", denuncia Kennedy.
La ambigüedad con Irak
Antes de invadir Kuwait, el dictador consultó con EEUU sobre su posible posición en un eventual conflicto, y EEUU no le disuadió del ataque. Irak anexó al Emirato, y en seguida EEUU desató la Primera Guerra del Golfo, expulsando a los iraquíes y "entrando en Kuwait por su propia cuenta", destaca Kennedy.
Cabe destacar que en 2003 el territorio de Kuwait fue utilizado por las fuerzas de EEUU para lanzar la ofensiva contra el Ejército iraquí en la Segunda Guerra del Golfo.
El legado pacífico de John Kennedy
Las consecuencias negativas de las injerencias de EEUU subrayan la actualidad de la idea de John Kennedy, expresada ya en 1956.
"Tenemos que dejar a las naciones árabes gobernar su región por su propia cuenta. Intervenir militarmente en el Oriente Medio no es nuestro asunto", señaló Kennedy.
Los suministros de armas y la presencia militar no sirven. Al mismo tiempo, tal política exterior no solo perjudica la seguridad nacional de EEUU, sino también "daña a la misma gente que nosotros tratamos de ayudar", concluye el experto.