El FSB no ha comentado de manera oficial lo ocurrido, pero el organismo también toma parte en la investigación dirigida por el Comité de Investigación de Rusia. El día del asesinato, los oficiales del FSB llegaron al lugar de la tragedia unos 20 minutos después de la detención de la asesina.
Una fuente del FSB llamó a Bobokúlova una “bomba humana” y afirmó que fueron los reclutadores los que la obligaron a cometer el crimen.
Un experto anónimo comentó a RBC que el plan de los terroristas dio resultado, porque el asesinato conmocionó a la sociedad.
"Nadie pudo imaginar tal horror", declaró a RBC.
Según las autoridades policiales de Uzbekistán, el hijo mayor de Bobokúlova, Rajmatillo, fue arrestado por 15 días.
"Algunas personas de Asia Central trataron de reclutar a Rajmatillo para ir a Siria y luchar al lado de los terroristas", agregó.
El 3 de marzo, el portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Vladímir Markin, declaró de que la niñera acusada de asesinar a la niña a su cargo padece de esquizofrenia. El diagnóstico fue también confirmado por el Comité de Investigación de Rusia, por el Ministerio del Interior de Rusia y por el hospital psiquiátrico de la región de Samarkand (de donde era la mujer). También lo confirmó el padre de la acusada.
La misma Bobokúlova afirmó en la corte haber "cumplido con las órdenes de Alá". Además, antes de la detención estaba gritando frases extremistas.
También, en un vídeo publicado en la Red, declaró que había asesinado a la niña en un intento de venganza contra el presidente ruso Vladímir Putin por los bombardeos en Siria. Comentó, además, que quisiera "ir a Siria para vivir en una ciudad musulmana y llevar hiyab".
Según un experto del FSB, Gyulchejra Bobokúlova se comporta como todos los reclutados por las organizaciones yihadistas, como lo es Daesh (proscrita en Rusia y en otros países).
Otra fuente comentó a RBC, que el Comité de Investigación de Rusia no va a anunciar los vínculos de Bobokúlova con los terroristas, incluso si estos son confirmados.
Los investigadores opinan que no hay que alertar, y lo mejor será presentar la versión de la enfermedad mental de la niñera como la oficial. Según las declaraciones a RBC de una fuente policial, deben recibir los resultados del examen psiquiátrico antes de extraer conclusiones.
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El brutal asesinato que ha conmocionado a Moscú y al país entero, ocurrió la mañana del 29 de febrero en el norte de la capital rusa. Gyulchejra Bobokúlova, originaria de Uzbekistán, estranguló y decapitó a una niña discapacitada de cuatro años que estaba bajo su cuidado. Después, incendió el apartamento de la familia para la que trabajaba y salió a la calle en un estado de "evidente perturbación" con la cabeza cortada de la menor.