Yatseniuk responsabilizó a todos los políticos de Ucrania de esta situación e instó a aunar los esfuerzos para continuar las reformas y recuperar la estabilidad.
También afirmó que ve detrás de la actual "histeria política" un intento de "arrebatar el poder y forzar al presidente (Petró Poroshenko) a aceptar elecciones anticipadas".
El primer ministro exhortó al presidente y a todos los políticos a "o bien presentar a la sociedad un programa alternativo realista y un equipo eficaz que esté en condiciones de ejecutarlo —programa que no las consignas electorales— o bien renunciar a las pugnas internas, mitigar las pasiones, superar los sentimientos personales y respaldar el plan de acción nacional para el presente año".
El Parlamento ucraniano no logró aprobar en febrero una moción de censura contra el Gabinete de Yatseniuk, a pesar de haber calificado de insatisfactoria su gestión durante el último año.
La coalición parlamentaria se volvió inoperante tras la salda del Partido Radical, en septiembre de 2015, y de los grupos Samopomich y Batkivschina, en febrero de 2016. Actualmente cuenta con 217 diputados, nueve por debajo del mínimo que requiere la Constitución.
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En caso de que la coalición se rompa, la Rada deberá conformar una nueva mayoría en el transcurso de un mes, en caso contrario, el presidente tiene la potestad de disolver el Parlamento y anunciar elecciones anticipadas.