¿Podría contarnos de manera más detallada sobre sus descubrimientos? ¿Por cuánto tiempo EEUU apoyó a grupos opositores en Bolivia?
El proceso inició en 2006, después de que Evo Morales fuera elegido como presidente de Bolivia. Los datos de aquel período apuntan directamente a que EEUU trató de chantajear a Morales para que no presentará cambios en la política económica del país. Morales quería nacionalizar los hidrocarburos. Al saber de sus intentos, el estado norteamericano le amenazó. Suspendieron la financiación a través del Banco Interamericano de Desarrollo —creado para el apoyo de la economía de los países de América Latina y el Caribe— y además, según los documentos, amenazaron a Morales con rechazar cancelar la deuda estatal ante el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. EEUU declaró abiertamente: “queremos que Bolivia sepa que podemos influir en estos institutos y dañar económicamente al país”. Morales ignoró estas amenazas y entonces la Casa Blanca comenzó el financiamiento al movimiento separatista boliviano. La primera información la contiene los documentos del año 2007. En aquel momento Washington destinó 4 millones de dólares para el fortalecimiento estratégico de estas agrupaciones militares.
¿Es evidente que Washington entendía lo que estaba haciendo?
Eirik, pienso que debemos mencionar los recursos de los que dispone Bolivia.
Ciertamente. En este sentido Bolivia es un país muy típico de América Latina. Hablamos de una región con la mayor concentración de recursos naturales en el planeta. Desde hace mucho tiempo aquí gobiernan los EEUU, que públicamente le llamaron a Latinoamérica su “patio trasero”. Según la Doctrina Monroe, Washington tiene derecho a una intervención militar en caso de peligrar sus intereses en esta región. Es en este contexto dentro del cual deben ser estudiados todos los acontecimientos. Hay otros datos. Por ejemplo, la Embajada de EEUU en Bolivia consideró necesario elaborar un plan en caso de un golpe de estado o del asesinato de Morales. En su opinión, los separatistas eran así de crueles y antidemocráticos. En los documentos no se destaca el apoyo de Washington al homicidio de Morales o sus intentos de favorecerlo. Pero estos documentos aclaran que las agrupaciones, respaldadas políticamente y económicamente por EEUU, eran lo suficientemente agresivas para que en la Casa Blanca no descartaran el posible magnicidio del presidente boliviano.
¿Está de acuerdo que la abundancia de recursos naturales en Bolivia tuvo un papel clave en el asunto?
Eirik, Usted ha realizado un análisis muy detallado. Y nosotros, por supuesto, vamos a esperar la respuesta de EEUU.
Dudo que esto ocurra. Su estrategia se basa en el rechazo completo a responder a las declaraciones de WikiLeaks. Washington actúa de dos maneras: perseguir implacablemente a los que publican la información, como en los casos de Assange o del soldado Chelsea Manning, condenado a 35 años. La condena es mayor que la de Anders Breivik —el cual asesinó a 77 personas—. La ONU afirma que Manning fue maltratado, y calla cuando aparecen nuevos datos. Washington es también respaldado por la amistosa prensa occidental que hace casi nada para investigar las denuncias de WikiLeaks, cuando estas contradicen la política exterior de EEUU.