El analista militar ruso Alexéi Kupriyanov realizó una retrospectiva del conflicto entre Ankara y Atenas para Sputnik.
Las violaciones reportadas a principios de esta semana se produjeron entre las islas de Quíos y Samos en el oriente, y entre Lemnos y Lesbos, en el noroeste del mar Egeo. El avión turco violó el espacio aéreo griego unas 22 veces en un período de 24 horas, según la parte greca. Dos de los aviones turcos estaban armados.
No es la primera vez que un avión turco viola el espacio aéreo griego. Los medios de comunicación de Grecia calcularon que, solo en 2015, Turquía violó el espacio aéreo de Grecia 1.375 veces, de las cuales 135 utilizó una aeronave armada y preparada para el combate.
Turquía se negó a firmar la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982 que establece un estándar de 12 millas náuticas (22 km) para las aguas territoriales que rodean los territorios insulares. En 1995 Ankara amenazó con que cualquier intento por parte de Atenas de hacer referencia al límite prescrito por la ONU constituiría un casus belli. Grecia, a su vez, condenó el ultimátum de Turquía y lo definió como una violación de la Carta de la ONU.
Al respecto de la historia del actual conflicto entre las dos naciones, el analista militar Alexéi Kupriyanov comentó que la disputa actual en el Egeo es parte de una lucha que se remonta hace siglos, desde la ocupación otomana de Constantinopla en 1453, hasta los siglos del control turco sobre Grecia; pasando por las múltiples guerras de los siglos XIX y XX, y la invasión turca del norte de Chipre en 1974.
"Ni la OTAN ni la Corte Internacional de Arbitraje, ni el Consejo de Seguridad de la ONU, han sido capaces de convencer a Atenas y Ankara a que lleguen a un compromiso". Hasta el día de hoy, señala el periodista, el conflicto no ha entrado en una fase crítica: durante los momentos más tensos, la OTAN ha intervenido imponiendo orden. Sin embargo, en los últimos veinte años la amenaza de guerra ha colgado sobre el Egeo como una espada de Damocles.
Las batallas aéreas simuladas, o "dogfights", sirven a ambos países para demostrar sus reivindicaciones territoriales, recordó Kupriyanov. Las aeronaves griegas Air Force F-16 y Mirage interceptan los aviones turcos F-16, involucrándose en peligrosas maniobras, tratando de llegar a la cola del enemigo para expulsarlo de la zona en litigio. A veces los pilotos se mantienen al alcance de la vista de las naves invasoras durante unos minutos. El juego de nervios se hace aún más peligroso, en tanto que los aviones enemigos están completamente armados.
En la mayoría de los casos, explicó el analista militar, los pilotos turcos son los responsables de violar el espacio aéreo griego, pero a veces los griegos también traspasan el espacio aéreo turco, aunque, por lo general, en su curso de vuelta después de "patear" a los turcos del territorio griego. "Ni Atenas, ni Ankara han reconocido las violaciones que han cometido, a pesar de que tras cualquier incidente el estado Mayor de cada parte afectada da públicamente a conocer una nota que censura la violencia cometida por el rival", concluyó el experto.
A veces ese tipo de combates aéreos simulados causan tragedias. El piloto de un Mirage griego se involucró el 18 de junio de 1992 en un combate aéreo con dos F-16 turcos a una altitud peligrosamente baja sobre la isla Agios Efstratios. El avión se estrelló provocando la muerte del piloto.
A pesar de que esta guerra no declarada ha causado pérdidas, no se sabe cuándo Grecia y Turquía van a ponerle fin.