“La presencia rusa en Siria, desde luego, cambió el ambiente de seguridad y la correlación de fuerzas” dijo a la cadena Rossiya 24 al añadir que, independientemente de los resultados de la operación, “la medida en sí tuvo consecuencias positivas”.
Desde el 30 de septiembre de 2015 la aviación rusa bombardea las posiciones de Daesh (autoproclamado Estado Islámico, proscrito numerosos países, entre ellos Rusia) y otros terroristas en Siria tras una petición del presidente Bashar Asad.
Desde marzo de 2011, Siria está sumida en una guerra civil en la que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición, entre ellos organizaciones extremistas como Daesh y el Frente al Nusra.