Pero al mismo tiempo admitió que la situación puede cambiar si las tropas leales al presidente Bashar Asad reciben un serio apoyo en tierra por parte de Irán o Rusia.
El Ministerio de Defensa de Arabia Saudí anunció la semana pasada que puede enviar tropas a Siria para luchar contra el Estado Islámico (Daesh en árabe, proscrito en muchos países, incluida Rusia) y también los Emiratos Árabes hicieron una declaración semejante.
El jefe del Pentágono, Ashton Carter, dijo el viernes que los Emiratos se preparan a enviar unos comandos de misiones especiales en ayuda a los suníes que planean recuperar la ciudad de Raqa (norte de Siria), ocupada por Daesh.
El pasado 30 de septiembre, la aviación rusa empezó una operación aérea contra Daesh en Siria a petición del presidente del país, Bashar Asad, y desde entonces logró abatir a centenares de yihadistas y destruir miles de instalaciones de su infraestructura.
Paralelamente efectúa bombardeos la coalición internacional encabezada por EEUU, pero sin tener el respectivo mandato de las autoridades sirias.
Rusia intercambia información sobre los vuelos con la coalición, una más estrecha cooperación de momento no existe.
Occidente acusa a Rusia de estar bombardeando las posiciones de la llamada oposición moderada, pero el Ministerio de Defensa rusa califica de infundadas tales afirmaciones.