"Las personas que viven sitiadas consideran un regalo cada día de su vida, tienen muy poco para sobrevivir, quisieran que les llevemos ayuda con regularidad, y eso es lo que estamos pidiendo todo el tiempo", dijo Marianne Gasser, jefa de la delegación del CICR en Siria, cuyas palabras cita un documento emitido por la entidad.
Gasser destacó la necesidad de garantizar el acceso de los grupos humanitarios en regiones asediadas o de difícil acceso de Siria.
"Lo que vimos al entrar en la ciudad nos demostró la desesperación de los habitantes de Muadamiya que tienen hambre y nos necesitan", dijo.
La ciudad cuenta con unos 50.000 habitantes, sin embargo, esta vez recibieron ayuda solo unas 12.000 personas, pero los representantes del CICR confían que la próxima vez podrán surtir ayuda a un número mayor de necesitados.
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El organismo subraya que los alimentos entregados resultan suficientes para unas tres semanas, mientras las medicinas alcanzarán para tres meses.