"Uno de los componentes clave para que el alto el fuego funcione es (…) atajar el contrabando a través de la frontera turco-siria que alimenta a los extremistas", insistió.
Es difícil esperar que el régimen de cese al fuego se cumpla sin acabar con esos suministros ilegales, argumentó el canciller, que calificó este objetivo como "una de las tareas más arduas".
"Hablamos del tema con los copresidentes estadounidenses del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, y espero una conversación más detallada de cara a la reunión del Grupo que se celebrará el 11 de febrero en Múnich", agregó Lavrov.
Con anterioridad, el jefe de la diplomacia rusa declaró que el informe de la ONU relativo a la lucha contra el terrorismo debe recoger los casos de comercio de petróleo entre el grupo yihadista Estado Islámico (EI o Daesh en árabe, proscrito en Rusia) y Turquía.
Desde marzo de 2011, el país árabe está inmerso en un conflicto armado que ha costado la vida a más de 220.000 personas, según estimaciones de la ONU.


